lunes, 3 de febrero de 2014

Nuevo tema en nuestro Taller Europeo: Art Nouveau / New topic at our European Workshop: Art Nouveau

Nuestro grupo de trabajo de cine ha cambiado su tema. Ahora ellos estudiarán el Art Nouveau.
En A Coruña, el Modernismo aparece como un estilo rompedor acorde con la mentalidad cosmopolita y emprendedora de la burguesía. En 1883 el Ayuntamiento acomete la ampliación de la ciudad con el Ensanche, que ocupa las actuales calles de Juana de Vega, Picavia, Feijoo, plaza de Lugo y plaza de Pontevedra.
La burguesía local, enriquecida con el comercio ultramarino, construyó en este espacio lujosas residencias que imitan las de Viena, París y Berlín, y que mostraban al exterior su prosperidad económica y sus inquietudes culturales. Así esta clase social se diferenciaba de la vieja aristocracia herculina, que seguía habitando la Ciudad Alta o Ciudad Vieja en vetustos caserones sin galerías y con habitaciones oscuras y mal aireadas, de espaldas al mar y a la modernidad.
El Modernismo llega a la ciudad en 1906, gracias al arquitecto cubano Ricardo Boán y Callejas y al arquitecto coruñés Antonio López Hernández, que importan ideas de Austria, Suiza y Alemania. De allí traen revistas, catálogos y fotografías con diseños del austríaco Otto Wagner y del belga Víctor Horta que la fundición local Wonemburger, de origen belga, trasladó al hierro.

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Our cinema working group has changed their topic. They are going to study the Art Nouveau.
The Modernist style appeared in A Coruña as a radical break with this tradition, in line with the cosmopolitan and enterprising nature of the bourgeoisie. In 1883 the Council carried out major extensión work on the city, creating the área known as the Ensanche, which currently includes the streets of Juana de Vega, Picavia, Feijoo and Lugo and Pontevedra squares.
The local bourgeoisie, who had prospered thanks to the grocery trade, chose this área as the site for their luxurious homes, built in the style of Vienna, Paris and Berlín, in an outer show of their financial wealth and their cultural ¡nterests. There was a clear distinction between these middle classes and the traditional local aristocracy, who continued to reside in the upper section of the town known as the Oíd City, preferring their large centuries-old houses. These older homes had no galleries and the rooms were dark and poorly ventilated, their backs firmly turned on the sea and the modern age.
The Modernist style was first introduced into the city in 1906 by the Cuban architect Ricardo Boán y Callejas and the local architect Antonio López Hernández, who imported ideas from Austria, Switzerland and Germany. They brought in magazines, catalogues and photographs showing the designs of the Austrian Otto Wagner and the Belgian Víctor Horta, which the local Wonemburger foundry, of Belgian origin, would turn into wrought iron.

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